Ornette Coleman se apresentou em Buenos Aires (Argentina), pela primeira vez, na noite do dia 7 de maio de 2009. O concerto se deu no teatro Gran Rex onde, quatro décadas antes (mais exatamente em setembro de 1968), havia subido ao mesmo palco Duke Ellington e sua orquestra.
Mr. Coleman e seus parceiros de grupo desembarcaram na capital argentina no dia 5 de maio, ficando hospedados em um hotel no centro da cidade. E foi aí que o lendário saxofonista viveu um incidente kafkaniano. Problemas de comunicação e assessoramento, talvez até uma certa dose de preconceito, acabaram por fazer com que um funcionário do hotel convidasse Coleman, que cochilava em uma poltrona da recepção, na madrugada do dia 6, a se retirar do estabelecimento. O saxofonista, então com 79 anos, saiu a perambular por uma desconhecida Buenos Aires, acabando por chegar à estação ferroviária. É quando decide tomar um trem, alcançando a região de Tigre (que fica a cerca de 1 hora de trem saindo da capital argentina rumo à periferia), onde há um famoso ‘delta’. Por lá, acabou sendo ‘recolhido’ pela polícia local, sendo resgatado apenas muito tempo (mais de 24h!) após ter deixado o hotel. Por sorte, nada de grave aconteceu com o músico e o show foi realizado como previsto. O incidente foi relatado na imprensa portenha no período.
Na revista eletrônica “El Intruso” (www.elintruso.com) foi publicado um texto sobre a passagem de Coleman pela Argentina (sob o título: 'Ornette Coleman: El Tren de la Libertad'), com uma descrição detalhada do incidente, que reproduzo abaixo (mantive o texto em espanhol; apenas uma ou outra palavra que, penso, seja de mais difícil compreensão, foi traduzida no pé da matéria).
Na revista eletrônica “El Intruso” (www.elintruso.com) foi publicado um texto sobre a passagem de Coleman pela Argentina (sob o título: 'Ornette Coleman: El Tren de la Libertad'), com uma descrição detalhada do incidente, que reproduzo abaixo (mantive o texto em espanhol; apenas uma ou outra palavra que, penso, seja de mais difícil compreensão, foi traduzida no pé da matéria).
“Bien entrada la noche del martes 5 de mayo, siendo ya casi la madrugada del miércoles 6, Ornette Coleman sintió la necesidad de recostarse en uno de los sillones de la planta baja* del hotel en que se alojaba. Al verlo, el recepcionista de turno se le acercó. Lo despertó sin tener la menor idea de quién se trataba. Le preguntó si se hospedaba en el hotel. Ornette contestó que no. La segunda pregunta fue un canto a la obviedad pero ameritaba: "¿y qué hace usted aquí?" El músico respondió "esperando que mi mujer me traiga el saxo". José Recepcionista le explicó que si no estaba hospedado allí no podía quedarse. El saxofonista comprendió, se disculpó y salió a la calle con sus 79 años a cuestas y con lo puesto.
“Caminó y caminó hasta que llegó a la estación terminal de trenes. Ornette tiene particular adoración por las orugas mecánicas, así que se subió a una. Se bajó al final del recorrido y comenzó a deambular* por el partido de Tigre*. Su hijo Denardo parece estar bastante acostumbrado a este tipo de sucesos, por lo que no entró en pánico. Por la tarde, el saxofonista iba a ser nombrado "huésped Ilustre" por el gobierno de la Ciudad e Buenos Aires. Ornette seguía sin aparecer. Nadie tenía la menor idea de dónde podía encontrarse. Tomó cartas en el asunto la embajada estadounidense, se realizó una denuncia policial y se contactó incluso al Ministro del Interior, Aníbal Fernández.
“Mientras tanto, Coleman parece que se metió en el zaguán* de una casa. La dueña de la propiedad alertó a la policía y se lo llevaron detenido. El músico no tenía documentos encima; en sus pertenencias hallaron poco más que el boleto de tren y ya en el día del concierto, el jueves 7, desde la comisaría se comunicaron con la Embajada para averiguar si no se les había perdido algún compatriota. Cuando lo fueron a buscar, Coleman estaba compartiendo un puchero* con los muchachos de azul. Les agradeció la camaradería y el aguante* (mirá vos), los invitó a todos al concierto y así, finalmente, tuvimos músico, presentación y anécdota.”
*poltronas no hall do hotel
*caminhar sem destino
*região da Grande Buenos Aires
*varanda
*cozido, normalmente ‘cozido espanhol’. Coloquialmente, ‘puchero’ pode designar qualquer refeição básica do dia-a-dia
*paciência